miércoles, 27 de agosto de 2014

LAS COLUMNAS DEL TEMPLO


A:.L:.G:.D:.G:.A:.D:.U:.

La columna es el soporte de la construcción y la unión de sus diferentes niveles; representa el eje de la construcción y su solidez. En las tradiciones judía y cristiana, es símbolo de lo que tiene por función conectar lo bajo con lo alto, conecta el último sephirot (tierra) con el sexto (cielo). En este sentido, el hombre como mediador entre el cielo y la tierra, está simbolizado por la columna y cada parte de esta corresponde a uno de los cinco principios que, según la filosofía masónica, lo constituye, es así que: el pedestal corresponde al Alma sensible, el fuste a la Mente o Inteligencia, el hueco central de la columna al Ego o Yo, el capitel a la Intuición y el arquitrabe al Espíritu o Principio Universal de la Vida.



Las columnas que han dado lugar a más interpretaciones son las del Templo de Salomón. En éste habían varias clases de columnas: unas hechas de cedro que corrían en hilera por la gran sala hipóstila del Palacio, sirviendo de paso a las entradas reales y estancia de la guardia, como del vestíbulo que conducía a la sala del trono; y otras columnas hechas en bronce.

Al respecto la Biblia cita lo siguiente: "se erguían ante el vestíbulo del Templo, a cada lado de la entrada. Hiram fundió las dos columnas en bronce de diez y ocho codos de altura cada una y un hilo de doce codos medía su contorno; lo mismo la segunda columna. Fundió dos capiteles de bronce destinados al vértice de las columnas; la altura de un capitel era de cinco codos y la altura del otro capitel era de cinco codos. Hizo enrejado reticulado, un trenzado para los capiteles del vértice de las columnas; siete para un capitel y siete para otro. Hizo además dos hileras de granadas en torno al reticulado primero para recubrir el capitel que estaba sobre el extremo de una columna y lo mismo hizo para el otro capitel. Los capiteles que estaban en el vértice de las columnas eran de forma de lirio y medían cuatro codos. Y los capiteles situados en el vértice de las dos columnas tenían en la parte superior, junto al grosor que sobresalía del reticulado, doscientas granadas en hileras en torno a cada capitel. Erigió, pues, las columnas en el pórtico de la nave. Erigió primero la columna de la derecha y le dio el nombre de Jakin, y luego la columna de la izquierda y le dio por nombre Boaz. Como remate de las columnas había una especie de lirio. Así fue acabada la obra de las columnas" (I Reyes 7, 15-22).

Los personajes Jakin y Boaz aparecen en el Antiguo Testamento, Jakin como hijo de Simeón, el cual es a la vez hijo de Jacob, mientras que Boaz es el hijo de Salmón, ancestro de David.

Jakin se traduce como «Él establecerá» y Boaz como «En él la fuerza», ambas palabras unidas podrían interpretarse como «Dios estableció en la fuerza, sólidamente, el templo».


En el templo masónico, las dos columnas se encuentran a la entrada (en Occidente), y aparecen con las letras J y B, designando el lugar de trabajo respectivo de los compañeros y aprendices, y donde reciben su salario. También están presentes en los puestos de los VVig:., que junto con el puesto del V:.M:. (en Oriente) representan los tres atributos de Dios: la omnisciencia (sabiduría), omnipresencia (belleza) y omnipotencia (fuerza). Asimismo, cada una se corresponde con los siguientes personajes mitológicos: Atenea o Miverva, Afrodita o Venus y Hércules o Heracles. Estos atributos, son los que el masón debe impregnar en todo trabajo, pues para que un trabajo sea masónico debe ser planificado, elaborado y embellecido.

Platón reconoce tres cualidades del ser humano: entendimiento, voluntad y emoción. El buen uso de cada una de estas representa una virtud: la sabiduría, el autocontrol (la belleza) y el valor (la fuerza). Virtudes que deben ser practicadas por el A:.M:. y por eso, en su iniciación, recibe como herramientas la regla de veinticuatro pulgadas, el mandil y el martillo, entre otras.


En relación con la cábala, la columna Jakin está relacionada con el pilar de la misericordia del árbol de la vida cabalístico formado por Chokmah, Chesed y Netzach; es masculina y activa, ígnea y corresponde al Sol. La columna Boaz se relaciona con el pilar de la severidad, formado por Binah, Geburah y Hod; es femenina y pasiva, aérea y corresponde a la Luna.

Estas columnas marcan los límites del mundo profano, el “Non Terrae Plus Ultra”, la puerta al Templo que comunica con lo sagrado donde dentro es el orden y fuera el caos.

La columna B:., cerca de la cual el A:.M:. recibe su salario, es pues la Columna de la Fe absoluta en el Principio o Realidad cuya existencia y omnipotencia ha reconocido en sí mismo, es la columna que el Aprendiz mismo debe levantar en él y hacer de ella un punto de apoyo, una defensa ante cualquier circunstancia o peligro. Un principio del que nunca debe separarse, en pensamiento, palabra y acción, bajo cuya condición podrá actuar de una manera siempre segura y constructiva en todas las circunstancias de su vida.

El A:.M:. recibe el salario acercándose, después de su trabajo, a la Col.·. B:., esto quiere decir que el resultado de sus esfuerzos lo consigue acercándose al reconocimiento del Principio de Omnipotencia, expresado en la Pal:. Sag:. que es el nombre de dicha columna.

Las columnas y la dualidad



Ya hemos visto que el significado de la columna B:. coincide con el significado de la Pal:. Sag:. del A:.M:. que es «En él la fuerza». Esto quiere decir que el A:.M:. debe reconocer la divinidad en sí mismo, trascender a la dualidad de lo exterior y trabajar consecuentemente dominando las herramientas que se le ha dado sin olvidar su juramento, tal como lo hizo Ruth, la moabita.

Las dos columnas del Templo son el símbolo del aspecto dual de toda nuestra experiencia en el mundo terrenal. El globo celeste, en el Pilar de la derecha (Jakin), simbolizaba al hombre divino, el globo terrestre en el Pilar de la izquierda (Boaz), simbolizaba al hombre terrenal. Estos dos pilares, respectivamente, connotan también el activo y el pasivo de las expresiones de la Energía Divina, el Sol y la Luna, Bueno y Malo, Luz y Oscuridad, asimismo, son la dualidad de nuestros órganos, los lados derecho e izquierdo de nuestro cuerpo, los dos sexos, Actividad e Inercia, Espíritu y Materia, Esencia y Sustancia, el Azufre y Sal representados en la Cámara de reflexión.

Entre las columnas está la puerta que conduce a la Casa de Dios, y permaneciendo así en las puertas del Santuario son un recordatorio de que Dios es un tanto andrógino y una deidad antropomórfica.

Entonces, para ingresar al Templo es necesario superar el aspecto dual del Universo. El iniciado ha reconocido la dualidad que impera en todo lo que le rodea y su trabajo constante debe ser el trascender esa dualidad y andar sobre ella, tal como se anda en Logia al cuadrar el Templo, caminando por encima de la dualidad, transitando sobre el ajedrezado.

Las columnas también indican los signos zodiacales de Cáncer y Capricornio, que se colocaron en la cámara antes de la iniciación para representar el nacimiento y la muerte, los extremos de la vida física. Que en consecuencia significan los solsticios de verano e invierno, los dos “San Juanes" de la Masonería.

Las doce columnas y los doce signos del zodíaco


En torno a la Logia hay doce columnas. Según la interpretación general representan los doce signos del zodíaco, que coinciden con las doce partes del cuerpo físico, doce facultades influidas por esos signos y distribuidas en torno al Sol Espiritual del hombre.

El año tiene doce meses, Jacob tuvo doce hijos. Jesús doce discípulos, los signos zodiacales representan doce partes del cuerpo humano y a su vez el hombre tiene doce facultades del espíritu.


Aries, representa la cabeza o el cerebro, la voluntad activa guiada por el cerebro.
Tauro, el cuello y la garganta, la fuerza del pensamiento silencioso.
Géminis, los brazos y las manos, la unión de la razón y la intuición.
Cáncer, los órganos vitales, respiratorios y digestivos, equilibrio entre lo material y lo espiritual.
Leo, el corazón, centro vital de la vida física, los anhelos del corazón.
Virgo, el plexo solar que asimila y distribuye las funciones en el organismo, la realización de las esperanzas.
Libra, los riñones y lomos del hombre, equilibrio en el torbellino de la fuerza creadora, la percepción externa equilibrada.
Escorpio, el órgano generador o sistema sexual, es la caída del hombre fuera de la Balanza o Libra, punto de equilibrio, la generación de las ideas.
Sagitario, caderas y asentaderas, autoridad y gobierno físico, la facultad organizadora del Espíritu.
Capricornio, rótulas flexibles, emblema del servicio, la regeneración o el renacimiento.
Acuario, piernas, locomoción del organismo, la ciencia y la verdad.
Piscis, los pies, bases fundamentales de todo objeto externo, la paciencia y la obediencia.

Doce también fueron las pruebas que se le impusieron a Hércules para que consiga su divinidad.

Hércules, representa al encarnado y aún no perfeccionado Hijo de Dios, quien reconoce su naturaleza inferior y mediante la disciplina consigue, finalmente, la manifestación de su divinidad interna. Y, de un descarriado pero sinceramente fervoroso ser humano, conocedor inteligente del trabajo que tiene que realizar, resultará un Salvador. Entonces, Hércules representa al aspirante y sus doce trabajos el sendero del Discipulado y las experiencias preparatorias para la realización de la iniciación.


Los doce trabajos equivalen a los doce signos zodiacales, en los cuatro primeros signos Hércules prepara su equipo y aprende a utilizarlo. En Aries (Capturar las Yeguas Devoradoras de Hombres de Diómedes), se aferra con fuerza a su mente y busca inclinarla a su necesidad, aprendiendo el control mental. En Tauro (Capturar el Toro de Creta), recibe su primer destello de esa luz espiritual que crecerá, cada vez más brillante, a medida que se acerca a su meta. En Géminis (Apoderarse de las Manzanas de Oro de las Hespérides), no sólo aprecia los dos aspectos de su naturaleza, sino que el aspecto inmortal empieza a acrecentarse a expensas de lo mortal. En Cáncer (Capturar la Cierva de Keruneia o de Oro), logra su primer contacto con ese sentimiento más universal, que es el aspecto superior de la conciencia de la masa. Equipado, por consiguiente, con una mente controlada, una capacidad de registrar la iluminación, una facultad para hacer contacto con su aspecto inmortal y para reconocer intuitivamente el reino del espíritu, está listo para el trabajo mayor.

En los cuatro signos siguientes, los signos de la lucha por la realización, Hércules se conoce a sí mismo como el individuo en Leo (Matar al León de Nemea), el Cristo potencial en Virgo (Apoderarse del cinturón de Hipólita), el aspirante esforzándose para equilibrar los pares de opuestos en Libra (Capturar el Jabalí de Erimanto), y el que vence a la ilusión en Escorpio (Matar la Hidra de Lerna). Estos son los cuatro signos de crisis y de enorme esfuerzo. En ella toda la iluminación, la intuición y el poder del espíritu del cual Hércules es capaz, son utilizados al extremo. El espíritu logra individualidad en Leo; se vuelve el que alimenta ideas y las capacidades potenciales en Virgo; oscila violentamente de un extremo al otro en Libra y está sujeto al efecto disciplinante del mundo de la ilusión y la forma en Escorpio.

Los cuatro últimos signos son los de la realización. El aspirante ha trabajado en el mundo del espejismo y de la forma y su conciencia está libre de sus limitaciones. Ahora puede ser el arquero en Sagitario (Ahuyentar las Aves de Estinfalos), yendo directamente a su meta; y puede ser la cabra en Capricornio (Matar al can Cerbero, el guardián del Hades), escalando el monte de la Iniciación; y puede ser el Servidor del Mundo en Acuario (Limpiar los Establos de Augías), y el Salvador del Mundo en Piscis (Capturar la roja manada de Gerión) y, en estos cuatro signos finales, demostrar los beneficios logrados y los poderes desarrollados.

Las columnas y el Tarot


En el Tarot de Rider-Waite, La Suma Sacerdotisa (Carta II del Arcano Mayor) está sentada entre dos columnas, una negra y otra blanca, con las iniciales “B” y “J” respectivamente.


La Suma Sacerdotisa es la guardiana del inconsciente. Ella se sienta en frente del delgado velo de la improvisación, la cual es todo lo que nos separa de nuestro paisaje interior. Ella contiene dentro de sí misma los secretos del reino y nos ofrece una invitación silenciosa, "permanece quieto y entiende que soy Dios".

La Suma Sacerdotisa es el principio femenino que balancea la fuerza masculina del Mago. El arquetipo femenino en el tarot está dividido entre La Suma Sacerdotisa y La Emperatriz. La Suma Sacerdotisa es el desconocido misterio que suele representar la mujer, especialmente en culturas en las cuales se da importancia a lo tangible y lo conocido. La Emperatriz representa el rol de la mujer como crucial en la vida. En las lecturas, La Suma Sacerdotisa propone un desafío para que uno vaya más a lo profundo - ver más allá de lo obvio y superficial, lo oscuro y lo oculto. Ella también pide a uno que llame a la enormidad de su potencial y que recuerde las posibilidades ilimitadas que se tiene en sí mismo.

La Suma Sacerdotisa puede representar un momento de espera y permisividad. No es siempre necesario actuar para conseguir nuestros objetivos. Algunas veces ellos pueden ser realizados a través de una pausa que da una oportunidad al deseo de florecer dentro de la plenitud del tiempo.

Es la representación de la Subconsciencia o Mente Subjetiva Profunda. Está sentada, es pasiva, receptiva y virginal. Sobre su regazo descansa La Tora, registro del pasado. Ella conoce el devenir pasado, presente y futuro. A sus espaldas está el velo de Isis. Bajo sus pies y sobre su cabeza está la Luna. Los pliegues de su manto azul se convierten en una corriente de agua. Es una carta de ubicación en el Tiempo. Nos enseña a hacer uso del inmenso arsenal de información que se encuentra en nuestro subconsciente. Sus frases son Yo veo, en el plano físico, y Yo sé, en el mental.

Biografía recomendada


Diccionario Akal de la Francmasonería
Aldo Lavagnini - Manual del Aprendiz Masón
Jorge Adoum - El Aprendiz y sus misterios
Francisco Manuel Nácher - Los Doce Trabajos de Hércules


Agradezco la atención que me habéis dispensado.

A:.M:. Jimmy A. Grados Ramírez

B:.R:.L:.S:. Magister N° 150                                                                       

1 comentario:

  1. Entonces ¿ las columnas vendrían siendo las piernas o los pies en el cuerpo físico?

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