La ética es
una disciplina filosófica que se encarga de estudiar racionalmente lo moral, la
virtud, el deber y la felicidad. Tiene sus orígenes documentados en la Antigua
Grecia, donde un anciano Sócrates enseñaba a sus discípulos la importancia de
tener un concepto único de las cosas para tener una base lógica a la hora de
discutir en el Ágora, lugar de discusión sobre los problemas de la polis.
Hoy en día,
cuando se habla de ética uno suele tener rápidamente dos conceptos en la
cabeza: lo bueno y lo malo. Y como si fueran sinónimos, los analogan a los
conceptos de lo ético y lo no ético. Sin embargo, veremos que dicha secuencia
cerebral no es correcta con un breve ejemplo. El ahora es un concepto que no
existe, pues hace tres segundos, cuando dije ahora, ya no existe. El ahora es
un concepto cambiante, como el mañana, pues mañana ya no será mañana, sino será
hoy. Lo mismo pasa con el aquí y el allá. Para mi hermano sentado en el oriente
tanto como para mí, nuestro concepto de “aquí” es diferente. Lo mismo,
hermanos, sucede con lo bueno y lo malo, son conceptos que dependen de cada
persona y su perspectiva de ver las cosas. Por lo tanto, queda descartada la
idea de que lo ético es sinónimo de lo bueno.
La ética ha
sido objeto de estudio a lo largo de dos milenios enteros, teniendo dos épocas
doradas: La Antigua Grecia y el Modernismo. En la Grecia Antigua fueron tres
filósofos los que destacan por los estudios y coincidentemente, cada uno fue
alumno del otro, o inversamente, profesor de su sucesor. Estoy hablando de
Sócrates, Platón y Aristóteles.
Sócrates es el que va a poner las bases de la
ética en sus discursos de los cuales solo se tiene registro gracias a Platón.
Sócrates, como mencioné antes, buscaría entre los griegos la raíz del concepto.
Cuenta Platón que un día Sócrates estaba paseando por Atenas y se encuentra con
un militar griego. El militar al ver la apariencia humilde de Sócrates, busca burlarse
de su fama de filósofo payasete que tenía aquel. Entonces le pregunta:
“¿Sócrates, qué es lo que andas enseñando?”, a lo que Sócrates responde, “Yo no
enseño nada, pues nada sé. Lo que quisiera saber es ¿qué es lo bello?”. El
soldado responde “Bellas son las mujeres de átenas, las jóvenes”. Sócrates le
vuelve a preguntar: “¿Y un jarrón del mas fino cobre y oro también es bello?”.
“Pues, sí, lo es”, responde el militar. “Y entre el jarrón de oro y cobre y la
hermosa joven atenea, cuál de los dos es lo más bello?, le pregunta el
filósofo. El militar responde “Por supuesto, Sócrates, que el jarrón es feo
ante la hermosa joven”. Finalmente, Sócrates deja pensando al militar diciendo
“¿Cómo es posible que una cosa sea bella y fea a la vez, como el jarrón de oro
y cobre?”. Vemos en esta anécdota que lo que Sócrates buscaba era un punto de
inicio en cada discusión, el mismo concepto en ambas partes para poder llegar
así a un acuerdo. Lo que Sócrates estaba haciendo era fundar la lógica.
Platón se
centrará más en buscar el concepto de justicia. Conclusión a la que no llegará
sino hasta que escribe Gorgias, en la cual narra cómo los grandes filósofos de
la época, entre ellos Aristófanes y Sócrates, están sentados alrededor de una
mesa discutiendo sobre filosofía. Tal encuentro no se produjo, pues Sócrates
estaba muerto para esa época.
Es el
alumno de Platón, Aristóteles, el que va a fundar la ética propiamente dicha.
En su libro Ética a Nicómaco, donde nos muestra dos caminos para alcanzar la
felicidad, que según argumenta, debe ser el único fin final del hombre. Para
alcanzar la felicidad, argumenta, debe un hombre llevar una vida de sabio o
político. Tenemos que entender los conceptos contextualizándolos a la época,
claro está.
En la
Modernidad, varios han sido los autores que han destacado por sus obras sobre
ética. Entre ellos Baruch de Spinoza, Immanuel Kant y Hegel. Todos ellos se
distinguen por el uso estricto de la razón y la ciencia en todos sus
postulados. Pues, a pesar de que en la época griega hubo varios filósofos, el
mismo Aristóteles hablaba de Júpiter como un Dios Todopoderoso.
Entre
ellos, Immanuel Kant sería el que marcaría el inicio de la ética moderna. Para
Kant, lo bueno y lo malo son universales que todo hombre ha creado para
diferentes actos. Para contrarrestar los obvios nocivos efectos de guiarse por
universales, el filósofo crea el imperativo categórico. Esto sería una forma de
volver un acto personal en un acto ético mediante la aceptación de todos los
sujetos. Por ejemplo, para que un acto sea moral, debe ser moral para todos los
habitantes de la tierra. De modo que si decimos “es malo robar”, debe ser malo
para todo el mundo. Sin embargo, si un nazi dice “los judíos son malos”, no
sería moral, porque solo sería cierto en un subconjunto del mundo.
Es Kant
quien resuelve nuestra duda sobre lo bueno y lo malo: no existe. Existen los
actos morales y amorales. De ellos se ocuparía Nietzsche más adelante, en su
artículo Lo bueno y lo malo en sentido extramoral.
Entonces,
hermanos, explicado a muy breve modo la ética en dos facetas donde fue muy
estudiada, nos damos cuenta de que el hombre debe buscar ser ético en el
sentido de obrar moralmente. Y dentro de nuestro templo la palabra moral es
latente. Un verdadero masón es un hombre que obra moralmente, sin importar sus
ideologías o creencias. Debe ser moral ante sus hermanos masones y sus hermanos
profanos. Debe obrar de tal forma que sus actos sean reconocidos como morales
por todo el mundo. Se me viene a recuerdo el famoso discurso de Cantinflas
frente a la ONU en la película Su excelencia. Dignos discurso de un masón,
demostrando moralidad, dignidad y libertad.
La ética y
la masonería son caminos hacia la rectitud y el perfeccionamiento personal y
social. Sin embargo, y para concluir, siendo la masonería una institución
universal, el desarrollo de la ética puede ser experimentado y desarrollado a
un nivel mayor aún que cuando se trata de desarrollarla personalmente. Y luego
este desarrollo paulatinamente se puede trasladar a la sociedad y así cumplir
con el fin máximo de la masonería.
Q:. H:. Diego Asmat Cruz
Ap:. Mas:.
B:.R:.L:.S:. MAGISTER N° 150
Desde ahora , la visitarè...
ResponderEliminarLola