jueves, 6 de febrero de 2014

La Ética y La Moral

Hoy tengo la satisfacción y el privilegio de poder presentar una obra burilada llamada “La ética y la moral”. Espero que vosotros, hermanos, saquen provecho máximo del modesto trabajo que presentaré a continuación.

La ética es una disciplina filosófica que se encarga de estudiar racionalmente lo moral, la virtud, el deber y la felicidad. Tiene sus orígenes documentados en la Antigua Grecia, donde un anciano Sócrates enseñaba a sus discípulos la importancia de tener un concepto único de las cosas para tener una base lógica a la hora de discutir en el Ágora, lugar de discusión sobre los problemas de la polis.

Hoy en día, cuando se habla de ética uno suele tener rápidamente dos conceptos en la cabeza: lo bueno y lo malo. Y como si fueran sinónimos, los analogan a los conceptos de lo ético y lo no ético. Sin embargo, veremos que dicha secuencia cerebral no es correcta con un breve ejemplo. El ahora es un concepto que no existe, pues hace tres segundos, cuando dije ahora, ya no existe. El ahora es un concepto cambiante, como el mañana, pues mañana ya no será mañana, sino será hoy. Lo mismo pasa con el aquí y el allá. Para mi hermano sentado en el oriente tanto como para mí, nuestro concepto de “aquí” es diferente. Lo mismo, hermanos, sucede con lo bueno y lo malo, son conceptos que dependen de cada persona y su perspectiva de ver las cosas. Por lo tanto, queda descartada la idea de que lo ético es sinónimo de lo bueno.

La ética ha sido objeto de estudio a lo largo de dos milenios enteros, teniendo dos épocas doradas: La Antigua Grecia y el Modernismo. En la Grecia Antigua fueron tres filósofos los que destacan por los estudios y coincidentemente, cada uno fue alumno del otro, o inversamente, profesor de su sucesor. Estoy hablando de Sócrates, Platón y Aristóteles.

 Sócrates es el que va a poner las bases de la ética en sus discursos de los cuales solo se tiene registro gracias a Platón. Sócrates, como mencioné antes, buscaría entre los griegos la raíz del concepto. Cuenta Platón que un día Sócrates estaba paseando por Atenas y se encuentra con un militar griego. El militar al ver la apariencia humilde de Sócrates, busca burlarse de su fama de filósofo payasete que tenía aquel. Entonces le pregunta: “¿Sócrates, qué es lo que andas enseñando?”, a lo que Sócrates responde, “Yo no enseño nada, pues nada sé. Lo que quisiera saber es ¿qué es lo bello?”. El soldado responde “Bellas son las mujeres de átenas, las jóvenes”. Sócrates le vuelve a preguntar: “¿Y un jarrón del mas fino cobre y oro también es bello?”. “Pues, sí, lo es”, responde el militar. “Y entre el jarrón de oro y cobre y la hermosa joven atenea, cuál de los dos es lo más bello?, le pregunta el filósofo. El militar responde “Por supuesto, Sócrates, que el jarrón es feo ante la hermosa joven”. Finalmente, Sócrates deja pensando al militar diciendo “¿Cómo es posible que una cosa sea bella y fea a la vez, como el jarrón de oro y cobre?”. Vemos en esta anécdota que lo que Sócrates buscaba era un punto de inicio en cada discusión, el mismo concepto en ambas partes para poder llegar así a un acuerdo. Lo que Sócrates estaba haciendo era fundar la lógica.

Platón se centrará más en buscar el concepto de justicia. Conclusión a la que no llegará sino hasta que escribe Gorgias, en la cual narra cómo los grandes filósofos de la época, entre ellos Aristófanes y Sócrates, están sentados alrededor de una mesa discutiendo sobre filosofía. Tal encuentro no se produjo, pues Sócrates estaba muerto para esa época.

Es el alumno de Platón, Aristóteles, el que va a fundar la ética propiamente dicha. En su libro Ética a Nicómaco, donde nos muestra dos caminos para alcanzar la felicidad, que según argumenta, debe ser el único fin final del hombre. Para alcanzar la felicidad, argumenta, debe un hombre llevar una vida de sabio o político. Tenemos que entender los conceptos contextualizándolos a la época, claro está.

En la Modernidad, varios han sido los autores que han destacado por sus obras sobre ética. Entre ellos Baruch de Spinoza, Immanuel Kant y Hegel. Todos ellos se distinguen por el uso estricto de la razón y la ciencia en todos sus postulados. Pues, a pesar de que en la época griega hubo varios filósofos, el mismo Aristóteles hablaba de Júpiter como un Dios Todopoderoso.

Entre ellos, Immanuel Kant sería el que marcaría el inicio de la ética moderna. Para Kant, lo bueno y lo malo son universales que todo hombre ha creado para diferentes actos. Para contrarrestar los obvios nocivos efectos de guiarse por universales, el filósofo crea el imperativo categórico. Esto sería una forma de volver un acto personal en un acto ético mediante la aceptación de todos los sujetos. Por ejemplo, para que un acto sea moral, debe ser moral para todos los habitantes de la tierra. De modo que si decimos “es malo robar”, debe ser malo para todo el mundo. Sin embargo, si un nazi dice “los judíos son malos”, no sería moral, porque solo sería cierto en un subconjunto del mundo.

Es Kant quien resuelve nuestra duda sobre lo bueno y lo malo: no existe. Existen los actos morales y amorales. De ellos se ocuparía Nietzsche más adelante, en su artículo Lo bueno y lo malo en sentido extramoral.

Entonces, hermanos, explicado a muy breve modo la ética en dos facetas donde fue muy estudiada, nos damos cuenta de que el hombre debe buscar ser ético en el sentido de obrar moralmente. Y dentro de nuestro templo la palabra moral es latente. Un verdadero masón es un hombre que obra moralmente, sin importar sus ideologías o creencias. Debe ser moral ante sus hermanos masones y sus hermanos profanos. Debe obrar de tal forma que sus actos sean reconocidos como morales por todo el mundo. Se me viene a recuerdo el famoso discurso de Cantinflas frente a la ONU en la película Su excelencia. Dignos discurso de un masón, demostrando moralidad, dignidad y libertad.

La ética y la masonería son caminos hacia la rectitud y el perfeccionamiento personal y social. Sin embargo, y para concluir, siendo la masonería una institución universal, el desarrollo de la ética puede ser experimentado y desarrollado a un nivel mayor aún que cuando se trata de desarrollarla personalmente. Y luego este desarrollo paulatinamente se puede trasladar a la sociedad y así cumplir con el fin máximo de la masonería.
 
Q:. H:. Diego Asmat Cruz
Ap:. Mas:.

B:.R:.L:.S:. MAGISTER N° 150

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